Libertad circunstancial.



   Cuando los Lumiere desarrollaron el cinematógrafo, lo consideraron una curiosidad científica que no tendría la atención del público mucho más allá de las primeras impresiones; en cambio, otros vieron una posibilidad de negocio dado el impacto que las imágenes en movimiento tenían en la gente. Estos empresarios, ante la negativa de los Lumiere de comercializar su invento, desarrollaron y patentaron su propio cinematógrafo y se lanzaron a la producción de películas más elaboradas. En América, Tomás Alva Edison quien hizo lo propio con el invento, y con esta patente, cada incipiente productor estaba obligado a pagar cierta suma por usar el cinematógrafo. Ante la tiránica práctica, los nacientes realizadores tomaron sus proyectos y se mudaron al sur, al desértico valle de California, donde la patente de Edison no los alcanzara y, así, pudieran desarrollar un modelo de negocios que hiciera al cine autosustentable y arrojara ganancias. Esta de más mencionar que  el modelo funcionó sobremanera, suscribiendo al cine a medio camino de la industria y del arte. Es industrial debido a la gran cantidad de dinero, tecnología, y empleos que genera; es arte por las avasallantes emociones que suscita. Esta ambivalencia es el principal impulsor de los grandes avances del quehacer cinematográfico, y es también motivo de grandes divisiones entre realizadores: ¿Es mejor ser comercial o ser independiente? Si bien, ser independiente te da un mayor margen discursivo y cierta holgura temática, es cierto que ni el realizador comercial, ni el independiente, está exento de sortear ese modelo de producción-negocio que permita costear una película. 
Este modelo a fomentado la industria cinematográfica en el vecino país del norte, pero aquí es un importante limitante de realización audiovisual debido a la falta de industria, los problemas actuales de las instituciones culturales y cinematográficas, y el inocuo debate de los realizadores que ven cuarteada su libertad al tener que vender su fuerza de trabajo en el ámbito "comercial" en lugar de producir una película más personal. 
Si, los anteriores son limitantes , pero creemos que la libertad se la cuartea uno cuando se renta creativamente y deja de hacer el trabajo duro e imprimir un sello más personal a la producción en turno. La libertad se la cuartea uno cuando no se quiere ver más allá de un discurso ombligo-centrista, y se niega a aprender mecanismos de financiamiento para sacar adelante un proyecto por miedo a que "el sistema" se apodere del mismo, y eso lo aprendimos una vez que terminamos "El particular apocalípsis de Benoni Tcach"  Decididos a sacar del cajón un par de ideas que teníamos guardadas, y que queríamos desarrollar antes que el tiempo hiciera mella en ellas o en nuestro ánimo,nos encontramos con que el principal problema de producción era el mismo para ambas: no teníamos presupuesto para llevarlas a cabo. 
Hasta ese momento, habíamos conseguido sortear nuestras necesidades económicas grabando eventos sociales o produciendo pequeños videos corporativos con cierta regularidad. Para el año 2008, el trabajo escaseaba por causa de la recesión económica que atravesaba el país, y ello, aunado a la necesidad de llevar el sustento a casa, y las exigencias técnicas de las historias que queriamos contar, y sumando a esto nuestros propios anhelos visuales, hacían complicado el poder llevarlas a cabo con el rigor minimalista/presupuestal con que habíamos sacado adelante proyectos anteriores. Necesitábamos un mecenas, un patrocinador, un socio comercial; pero no teníamos idea de cómo hacer rentable estas producciones. Y es que, para que alguien -persona o empresa- tome el riesgo de financiar un proyecto de esta naturaleza -audiovisual, pues- necesita la mínima certeza de que no arrojará su dinero a la basura.
 Así estábamos, pues, debatiéndonos entre meter alguno de estos guiones a un programa de financiamiento o buscar el modo de financiarlo nosotros mismos cuando nos encontramos con la directiva de una escuela de inglés que buscaba producir material didáctico -en video- para la enseñanza de ese idioma... pero de ese proyecto escribiremos en la próxima entrega.

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