La realidad frente a la cámara

Una persona –yo, tu- nacida en estos tiempos, en este espacio, es bombardeada constantemente por cualquier cantidad de información en el curso del cotidiano -los días, las costumbres, las jornadas- Los sentidos, como forma de sobrevivencia, desprecian mucha de la información a la cual son sometidos; de esta fomra, no nos volvemos locos a mitad de la calle (hay quién si, y eso puede ser bueno, pero dejemos eso como anotación de futuro tema) Así, podríamos decir que en el transcurso de los días, fuertemente marcados por un ciclo productivo ininterrumpido –que dentro de si mismo, solo da paso (en muchas de las ocasiones) a complacencias fortuitas- elegimos qué ver, qué sentir, de todo aquello que se nos presenta.
Cuando salimos al encuentro de alguíen en, por ejemplo, una plaza atestada de gente, solo podemos ver con claridad los rasgos de aquella persona con quien nos citamos, y todas las demas almas, grueso poblacional, quedan relegadas a un segundo plano aunque casi choquemos con ellas en ese espacio en el cual coincidimos. De forma muy similar –aunque conciente- cuando tomamos una cámara, elegimos qué de todo aquello que ronda en la temática a tratar, será registrado. Plano general, plano medio, primer plano, plano ameriacano, plano holandes, plano secuencia; académicamente, las formas de registrar son pocas, más sin embargo, los motivos a grabar son tantos –todo aquello de lo que ya hemos escrito, esas cosas que nos marcan por la particularidad de su naturaleza- que el abanico de posibilidades dentro del hacer cinematoGráfico –incluso el ciclo productivo ininterrumpido- es tan grande, que precisamente, esa es la razón por la cuál debemos seleccionar de él solo aquello que haga más comprensible aquello de lo que hablamos, pues de otra forma, caeriamos en una pendiente tan basta que siempre pareceria que nos falta tiempo para desarrollar nuestro discurso.
La realida frente a la cámara es una realidad escogida, delimitada por límites impuestos por nuestra propia perspectiva del mundo. Nos pareció buena idea ilustrar esa cualidad de “realidad” con Últimos días de la víctima, corto basado en la historieta homónima de Ricardo Peláez y Rolo Diez -basados a su vez en la novela de José Pablo Feinman- en donde somos testigos del modus operandi de un asesino aparentemente cazándose a si mismo.



Esta historia nos interesó por esa aura de extrañeza que la rodea. Dentro del ir y venir de todos los días, se suceden cosas que nos marcan, nos hacen ser quién somos. Estas cosas van de los encuentros hasta los olvidos, pasando, también, por aquello que no es normal, que no esta inscrito dentro del cotidiano, y sin embargo, esas cosas extrañas suceden, y son de una naturaleza tan particular, que forman parte de uno y el medio, como en Pedro Páramo, donde convivir con fantasmas es cosa de todos los días; como en nuestra propia vida, donde hemos sido parte de sucesos que no podemos explicar a bien qué fueron, pero que los recordamos –y los presentimos- tan vividamente como un hola, o un adíos.

Comments

Anonymous said…
...o con un todo y una nada. A veces la gente dice que uno es extremista cuando quizás solo se sea perceptivo....
Anonymous said…
Saludos nuevamente Fer ...

Es en verdad interesante cómo vamos delimitando lo que elegimos ver, centro selectivo de nuestros días, un ángulo bien o mal intencionado y a veces luz y sombra de cada huella que dejamos.

Si, a través de la cámara, un marco, unos lentes o nuestros ojos. Pero en verdad se trata de qué es lo que queremos ver? Bueno, a todo esto lo digo porque hay un punto en el que yo me pregunto: Qué es lo que nos permiten ver?

És tan basto el devenir alrededor, miles de almas, situaciones, cosas ajenas que influyen, puntos y valores predispuestos (como ya lo platicas bombardeados desde siempre por un cúmulo de mensajes y comportamientos preestablecidos). Aquí seguimos observantes, dueños del ojo sintético, de la mirada al borde del ordenador, alrededor gira la vida, tecnología, costumbres, pasos a desnivel y miles de pasajeros buscando su lugar: un hueco, un sueño,un triunfo, un descanso. Aquí vamos yo, seguro tú, y todos. Yo también me siento impulsada con algunas novedades, lo disfruto y otras asqueada por tanta porquería.

Lo interesante para el creador de este orden o secuencias que nos llevan a una historia, es que por detalles nos pueden simplificar un segmento de miles de imagenes seguramente apiladas en mente, que claro, por un momento encuentran una forma (visual, sonora) de representarse en sí. Un impulso, todo un reto: que bueno que lo tomas!

Por aquí sigo tus ideas
Laura :-D
Efe said…
Mirloniger
la gente, muchas veces, habla por que el silencio les parece demaisado apabullante.
Todo es cuetión de percepción...
Efe said…
Hola Laura.
Pienso que todos tenemos la oportunidad de ver más allá -no sobrenaturalmente, si no más allá de aquello que nos curcunda- Hay quienes lo necesitan, quienes les basta un poco o a quienes no les importa. De eso escribo un poco en el siguiente artículo, por allá nos vemos.
Un placer encontrarte, un abrazo, mi no tan anónima amiga.