terminar para comenzar de nuevo

Con “Los imperdonables”, nos dimos la oportunidad de jugar con las estructuras narrativas de lo que formalmente se llama audiovisual, sin olvidar que era la primera vez que hacíamos algo como esto. Dentro de estas primeras veces nos inventamos primeras veces, “Historietas hijas de su madre” fue una de esas. Al proponer la realización de un documental que no fuese proyectado en diapositivas, si no en video, significaba ya comenzar a jugar con los limites que establecía, primero el plan/programa aprobado para la materia, luego, nuestras propias posibilidades dada nuestra poca, poquísima experiencia. Es por eso que dentro del documental se incluyen ciertas dramatizaciones de lo que pensábamos era un poco el sentir del autor. Cada segundo de la introducción y del intermedio, pretenden encarnar eso que se vierte durante el proceso de creación, esa materia tan incorpórea, pero que existe en las sensaciones que en nosotros provoca y evoca. Cada plano proyectado para estas secuencias era ese anhelo de cine de los diez y siete años, cada toma era la proyección de esos temas que apenas comenzábamos a plantear; cada línea escrita en el guión era la posibilidad latente de lanzarse a la producción cinematográfica impulsados por la fuerza de la explosión provocada por esta primera incursión al oficio, y nuestra inexperiencia nos hizo pagar tales pretensiones. La introducción es mera ilustración de la voz en off, no hay trabajo de imagen en pantalla, ni fotografía. El intermedio tiene un poco más de trabajo en su realización a pesar de adolecer de mucho de lo que pena el intro, sin embargo, es menos artificial y consigue, en el último cuadro, eslabonarse orgánicamente con el grueso del contenido del documental, lo cual supone un gran logro para nosotros como realizadores –no menciono aquí los detalles de la edición, pues no la realizamos nosotros, si no un amigo que apenas aprendía a usar el sistema de edición no lineal y nos ayudaba/usaba como práctica o conejillos de indias, pero en buen plan, cabe aclarar…-
Un minuto con tres segundos dura el intermedio, con todo y sus transiciones. Ese tiempo basto para que, en esos mismos días intentáramos hacer algo más, algo más, siempre algo más. Ese algo fue un spot para un periódico digital que nunca fue llevado a cabo, y como parte de su suerte, el spot no se había editado, hasta ahora. Veo el material y sonrío. Aquí tienen un video inédito: Notinet punto com, producido en video digital Hi8 con locaciones en el parque Tezozomoc en la delegación Azcapotzalco, y la iglesia de San Juan Tlihuaca, también en la misma delegación… muestra fiel del entusiasmo sin recursos.

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